La revolución tecnológica ha cambiado el mundo y la medicina no se ha quedado atrás. Las nuevas herramientas digitales permiten recoger multitud de datos de los pacientes y explotarlos para así conocer qué tratamientos funcionan mejor y hallar nuevas líneas de investigación.

Esta es la labor que realiza Marta Lalinde (Zaragoza, 1996), que es la coordinadora de ensayos clínicos de la Unidad de Oncohematología pediátrica del Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza. Lleva dos años y medio en este puesto de nueva creación, que está financiado a partes iguales por Aspanoa y el Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón).

Marta Lalinde Oncopediatría
Marta Lalinde, la coordinadora de ensayos clínicos de la Unidad de Oncopediatría del Hospital Infantil Miguel Servet. Foto: Asier Alkorta.

La Unidad tiene abiertos ahora mismo aproximadamente 13 ensayos clínicos, un proceso a través del cual se prueban nuevos protocolos de tratamiento en busca de una mejor supervivencia. También están activos 8 registros, en los que se vuelcan datos de los pacientes, que posteriormente se explotan para intentar abrir nuevas vías de investigación y, en su caso, iniciar un ensayo clínico.

Muchas familias desconocen esta importante labor. De hecho, Marta señala que en más de una ocasión la han confundido con una médica. Ella es graduada en Biotecnología y Máster en Monitorización de Ensayos Clínicos y Desarrollo Farmacéutico. Trabajó en la unidad de ensayos clínicos de Oncología de adultos del Servet y ahora está enfocada en este reto profesional que califica como “muy gratificante”. Hemos querido entrevistarla para que nos explique su labor más en detalle.

¿Cómo es tu día a día en la Unidad?

Mi función es ser el nexo de unión entre el hospital o la parte clínica que llevan las médicas y el promotor del ensayo. En ocasiones, surgen dudas sobre cómo aplicar un protocolo o cómo registrar determinada información y yo trato de resolverlas. También me encargo de hacer el seguimiento de los pacientes, es decir, de estar al tanto de que se tomen y se manden las muestras en el momento oportuno, de que se hagan las evaluaciones y pruebas pertinentes según indican los protocolos de cada ensayo, notificar los eventos adversos que puedan ocurrir, etcétera. Los datos que se generan los vuelco directamente en una plataforma digital o cuaderno de recogida de datos (CRD). Y luego está toda la parte de la documentación: intentar que nos seleccionen para un ensayo, tener toda la información bien registrada y justificada para que el promotor del ensayo pueda chequearla, etcétera.

Este es un puesto de nueva creación, pero ya desde mucho antes se recogían y enviaban datos, ¿verdad?

Sí. La posición de forma continua se crea a principios de 2022 a través del IIS Aragón y gracias a la financiación de Aspanoa. Anteriormente, se encargaban las propias doctoras de la Unidad. Lo hacían como podían, en muchas ocasiones fuera de su horario laboral. Pero la carga de trabajo era muy importante y se decidió que tenía que haber una persona que se encargara directamente de esta tarea para prestar un mejor servicio. La doctora Carlota Calvo fue la primera doctora que conocí, quien me entrevistó y quien me explicó cómo trabajaban el primer día que fui al hospital. Yo creo que sería imposible llevar actualmente todos los ensayos sin una persona dedicada al 100%. Si queremos seguir abriendo nuevos ensayos y tener diferentes opciones de tratamiento, tiene que haber una profesional que se dedique a ello.

¿Quién financia los ensayos clínicos?

A diferencia de lo que ocurre en Oncología de adultos, en Pediatría apenas hay empresas farmacéuticas financiando los ensayos. Los promotores suelen ser las propias fundaciones de los hospitales y las universidades nacionales e internacionales, que buscan sobre todo ver si la combinación de distintas terapias resulta más eficaz o si modificando un protocolo se logra una mejor supervivencia. En nuestro caso, gran parte de los ensayos están promovidos por la SEHOP (Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas).

Cuéntanos algún ejemplo de los ensayos que están ahora mismo abiertos.

Estamos participando en ensayos muy importantes con muchos pacientes reclutados. Tenemos algún ensayo pendiente de abrir, otros están finalizando reclutamientos e incluso alguno se está cerrando para dar ya resultados finales. Por otro lado, de los registros, el más voluminoso es el de leucemias, porque es el cáncer infantil más frecuente.

¿Cómo se decide qué pacientes entran en un ensayo clínico?

Para participar en un ensayo, lo primero es firmar los consentimientos informados. Se ofrece el ensayo clínico que se adapte a la situación y enfermedad del paciente. Se les explica en qué consiste el protocolo y todas las pruebas y posibles efectos adversos y se aclaran todas las dudas a los padres y también al paciente, porque algunos son ya mayores o incluso adolescentes y ya tienen edad para asentir e incluso firmar también. A partir de allí, se empiezan a hacer las analíticas, pruebas de imagen, muestras requeridas… Todos estos datos se van volcando y, si el menor cumple todos los criterios para participar en el ensayo, se le incluye en el ensayo y comenzará tratamiento en la rama que corresponda.

¿Qué supone para ti trabajar en Oncopediatría?

A nivel profesional, me está aportando mucho. Yo nunca había trabajado en Pediatría y hay rasgos de los esquemas y diseños que varían con respecto a los proyectos en adultos, por lo que he podido ampliar mi experiencia y conocimiento dentro del área. A nivel personal, a veces es duro porque soy una persona que empatiza mucho y aunque no estoy en contacto directo con las familias, acabo conociendo las historias de los pacientes que participan en los ensayos y registros, y hay momentos muy complicados. Afortunadamente, también hay buenas noticias y días muy buenos porque vas viendo la evolución desde que están malitos y cómo van respondiendo al tratamiento e incluso pacientes en consulta a los que se les da el alta. Y todo eso es muy gratificante. Lo que más me gusta de mi trabajo es que siento que estoy poniendo mi granito de arena, es decir, que estoy contribuyendo a aumentar el conocimiento de esta enfermedad y que haya más opciones de tratamiento en el futuro.

Por último, ¿qué opinas de la labor de Aspanoa?

Gracias a Aspanoa se creó esta posición y pude entrar a coordinar todos los ensayos de la Unidad. Además, todos los campamentos y actividades que realizáis para los niños son maravillosos, sumado a la labor que hacéis con los papás y mamás que necesitan de vuestro apoyo. Es alentador que existan organizaciones que puedan aportar cosas tan buenas cuando alguien está pasando por una situación tan mala.