Aspanoa atendió el año pasado a 196 niños y adolescentes con cáncer en las distintas fases de la enfermedad. De ellos, 36 fueron nuevos diagnósticos en 2018, 46 se encontraban en tratamiento pero habían sido diagnosticados previamente y otros 134 se encontraban en la fase de mantenimiento o revisión.
Estos niños recibieron, de manera gratuita, servicios tan indispensables como apoyo psicológico y social, fisioterapia, musicoterapia, actividades de ocio y tiempo libre o atención neuropsicológica.
La mayor parte de los usuarios son residentes en la provincia de Zaragoza (134), seguidos por la provincia de Huesca (25) y la de Teruel (12). En la cifra global se incluye otros 25 niños que son naturales de La Rioja, ya que esta Comunidad, al carecer de unidad de Oncopediatría, deriva a la mayor parte de sus afectados al Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
El número total de personas a las que Aspanoa prestó servicio asciende a 527, ya que también fueron atendidos 287 padres, 23 hermanos del niño afectado y 21 amigos del menor. Las familias también reciben servicios fundamentales como apoyo psicológico y social, un piso de acogida para las unidades familiares desplazadas hasta Zaragoza, el pago de las comidas en el Hospital, el grupo terapéutico de padres en duelo o el servicio de respiro familiar que se presta en la Casa de Aspanoa en Almudévar.
Investigación
Además del ámbito asistencial, Aspanoa puso en marcha el año pasado las dos primeras investigaciones contra el cáncer infantil de la historia de Aragón. Con una inversión de 260.000 euros por parte de la Asociación, ambos proyectos se desarrollan en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón).
El primero (200.000 euros) busca tratamientos más efectivos contra las leucemias y el neuroblastoma, el 40% de los cánceres infantiles más frecuentes, a través de la inmunoterapia. Está coordinado por el científico Julián Pardo. Y el segundo (60.000 euros), liderado por el investigador Alberto Jiménez Schuhmacher, busca nuevas formas de diagnosticar el glioma difuso en tronco, un raro tumor cerebral infantil de mal pronóstico, mediante la denominada «biopsia virtual».