Aspanoa continúa impulsando la formación de los profesionales sanitarios que atienden a los niños con cáncer y para ello acaba de conceder una beca de 5.880 euros a Virginia Moreno García, enfermera de la Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos de Aragón, para que curse un máster de referencia en esta especialidad que imparte la Universidad Internacional de La Rioja.
Virginia Moreno, enfermera de la Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos de Aragón. Foto: Asier Alkorta.
La Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos, con sede en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, se encarga de coordinar la atención a todos los niños de Aragón con enfermedades que causarán su fallecimiento a corto, medio o largo plazo. Se inauguró en 2017 tras años de reivindicaciones por parte de Aspanoa y la Asociación ha invertido ya en ella cerca de 18.000 euros, ya que también becó en dicho año a una pediatra de la Unidad y a la médica que coordina el equipo de Teruel, a petición de las propias profesionales y de la Consejería de Sanidad, para que pudieran cursar este mismo máster.
Virginia Moreno, que lleva trabajando 15 meses en esta Unidad, señala que tenía la necesidad de seguir ampliando sus conocimientos en este campo para prestar una atención “que trate todas las esferas del menor y su familia: físicas, psicológicas, sociales y espirituales”. “La experiencia está siendo muy enriquecedora. Este máster es la mayor formación que actualmente existe en España. La atención paliativa pediátrica requiere muchas competencias y es muy importante poder desarrollar el máximo de habilidades, herramientas y recursos para poder prestarles una atención integral”.
La Unidad cuenta actualmente con dos pediatras, dos enfermeras, una musicoterapeuta y una psicóloga. “Al principio, me daba un poco de respeto. La palabra paliativos sonaba a final, a sufrimiento… Pero no. Estaba muy equivocada. Se trata de niños con enfermedades graves que amenazan o limitan su vida, pero muchos con un largo camino que recorrer durante el cual nuestros cuidados son fundamentales, aumentando el confort del paciente, tratando los síntomas que aparecen a lo largo del proceso, evitando sufrimiento y angustia al niño”.
Gabriel Tirado, coordinador del Comité Científico de Aspanoa, señala que esta fue una de las dos ayudas que se concedieron el año pasado a través de la convocatoria que Aspanoa lanza todos los años con un presupuesto de 30.000 euros para impulsar la mejora de la calidad asistencial en el ámbito de la Oncopediatría. “Queremos que Aragón sea a medio plazo una referencia nacional en el tratamiento y la investigación del cáncer infantil. Y eso solo puede conseguirse fomentando la formación continua y la especialización de nuestros profesionales sanitarios”, indica.
“Llevaba mucho tiempo trabajando en pediatría -explica Virginia- y me surgió la oportunidad de dedicarme a los cuidados paliativos pediátricos. Mentiría si dijera que al acabar mi turno se queda todo en el Hospital. Eso es imposible. Hay situaciones vividas con los pacientes y sus familias que hacen que te acuerdes de ellos. Pero somos un equipo interdisciplinar y nos apoyamos mucho, siempre intentando dar lo mejor de nosotros mismos para hacer este camino más fácil. Para mí es un privilegio poder ayudar a estos pacientes y sus familias”.