Aspanoa, miembro de la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer junto con otras 21 asociaciones repartidas por todo el territorio nacional, buscan dar visibilidad a los menores que padecen esta enfermedad a través de la campaña ‘¡Enciende la Esperanza!’. Se trata de una iniciativa mundial surgida desde Childhood Cancer International que sitúa septiembre como el Mes Internacional de Sensibilización del Cáncer Infantil.
Por tercer año consecutivo, durante el mes de septiembre, instituciones y monumentos de nuestro país y de todo el mundo se iluminarán y colgarán lazos dorados como símbolo de la lucha contra el cáncer infantil para visibilizar la problemática de esta enfermedad. En Aragón, a través de las comarcas, el lazo dorado se colgará en decenas de municipios. Ya están confirmadas la participación de las comarcas de Borja, Jiloca, Comunidad de Teruel, Cinca Medio y Barbastro. Si alguna más estuviera interesada, puede ponerse en contacto con comunicacion@aspanoa.org.
El Ayuntamiento de Calamocha colgó el lazo dorado en su fachada el pasado viernes 1 de septiembre
El año pasado fue un éxito. Más de 64 edificios y/o instituciones iluminaron y/o colgaron en sus fachadas las lonas con el lazo dorado, mientras que en las redes sociales, hubo más de 1.184 tweets, con un alcance de 1.170.620 personas. En Aragón, 21 municipios colgaron el lazo en sus ayuntamientos.
La campaña se sustenta en que cada 3 minutos un niño es diagnosticado de cáncer en algún lugar del mundo. Se estima que unos 250.000 niños y adolescentes son diagnosticados con una de las 16 formas de cáncer infantil, que son diferentes de los cánceres de adultos. La ausencia de registros de cáncer infantil en la mayoría de países de todo el mundo ha llevado a los investigadores a la conclusión de que este número está muy subestimado y que muchos casos ni siquiera se contabilizan. En nuestro país, el cáncer infantil es la primera causa de muerte por enfermedad en niños.
Aunque en los países desarrollados 8 de cada 10 niños/adolescentes habrá sobrevivido a su cáncer después de 5 años o más, las investigaciones demuestran que dos tercios experimentarán los efectos secundarios de su tratamiento, y una cuarta parte de los supervivientes tendrán que hacer frente a consecuencias que ponen en riesgo su salud y su vida debido a su tratamiento contra el cáncer infantil.