Aspanoa se vistió de gala el pasado 26 de octubre para el estreno de ‘Proyecto Guillén’, un documental que cuenta cómo un maestro de Monzón logró integrar en el aula a un niño con cáncer durante los meses que estuvo recibiendo tratamiento en el Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza.

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El consejero de Educación, Felipe Faci, asistió al estreno en los cines Aragonia. Foto: Asier Alkorta

Este proyecto educativo, que estuvo liderado por el maestro Javier Mur, recibió en 2015 el Premio Francisco Giner de los Ríos que anualmente concede el Ministerio de Educación. Mur ideó un sistema por el que sus alumnos le explicaban las lecciones a Guillén a través de vídeos que luego él podía ver en el Hospital. Posteriormente, él se grababa desde Oncopediatría solucionando diferentes ejercicios que previamente le habían mandado sus compañeros.

El documental, producido y dirigido por David Lorenzo, se estrenó en los Cines Aragonia en una sesión privada para familias de Aspanoa y la comunidad educativa aragonesa en general, donde pudo verse a representantes de FAPAR y Fecaparagón, maestros de aulas hospitalarias, profesores de atención domiciliaria y profesionales de diferentes colegios de Aragón. Tampoco se perdieron la cita el consejero de Educación, Felipe Faci; la directora provincial de Educación en Zaragoza, Isabel Arbués; el alcalde de Monzón, Isaac Claver; o la subdirectora de Enfermería del Miguel Servet, Mar Bruna.

Después de la proyección, hubo un pequeño coloquio con los protagonistas de este proyecto educativo: Yolanda Obón, madre de Guillén; Beatriz Pardina, maestra del Aula Hospitalaria del Miguel Servet entre 2006 y 2015; Javier Mur, maestro de Guillén en el colegio Minte de Monzón; y Verónica Castro, maestra que atendió a Guillén en su domicilio en Monzón. El coloquio estuvo moderado por Víctor Juan, director del Museo Pedagógico de Aragón.

Pedro Romero, vocal de la Junta Directiva de Aspanoa, la asociación que atiende a los niños con cáncer de Aragón, explicó que las familias valoran muy positivamente el trabajo que realizan los maestros del Aula Hospitalaria y de atención domiciliaria, “pero esa unanimidad se pierde cuando se valora el compromiso de los colegios”. “Proyecto Guillén es un modelo excepcional de cómo un centro educativo puede volcarse con sus alumnos hospitalizados. Porque aunque no puedan estar físicamente en clase, deben seguir formando parte del aula. Es muy importante que no pierdan el contacto con sus compañeros durante un tratamiento que, en general, va a ser largo”.

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