Isabel Miñés es profesora de inglés, tiene 46 años y desde hace 5 es voluntaria de Aspanoa. Una hora a la hora semana ayuda con el inglés a niños que están en tratamiento o que acaban de reincorporarse al colegio. Se trata de apoyos educativos individualizados, que tienen como objetivo reforzar la labor del profesor de atención domiciliaria para que el niño regrese al aula con un nivel similar al de sus compañeros.

¿Cómo conociste Aspanoa?

La conozco desde el principio porque vivo cerca de la sede de Zaragoza. Pero se dio la circunstancia de que a un compañero de mi hija, cuando tenía 6 años, le detectaron precisamente un cáncer. Aquello me llegó. Me sentí impotente y me dije: “Algo tengo que hacer”. Se me ocurrió acercarme a Aspanoa y me propuse para ser voluntaria. Y empecé ayudando a este niño, que por cierto ahora está genial.

Voluntariado en Zaragoza
Isabel Miñés, en la sede de Aspanoa en Zaragoza.


¿Qué te supone colaborar con la Asociación?

Creo que todos tenemos que intentar hacer una sociedad mejor, cada uno de la manera que pueda. Esto se lo intento inculcar también a mi hija y lo veo como algo necesario, no concibo la vida de otra manera. También soy voluntaria en una biblioteca, donde leo en inglés para niños pequeños. Lo veo como una actividad más en mi vida y creo que debería verse como algo cotidiano. Yo estoy muy agradecida. Es más lo que recibes que lo que das.

Llevas cinco años ayudando a Aspanoa. ¿Qué te parece su labor?

Me parece increíble. Tendríamos que participar mucha más gente porque es una asociación fructífera. Es una gran ayuda para los padres y para los niños y Aspanoa debería tener todos los apoyos del mundo.

Entrevista de Javier García Ventura, estudiante de Periodismo en la Universidad de Zaragoza.

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