Con motivo de la crisis sanitaria por el coronavirus, entrevistamos al presidente de Aspanoa, que lleva al igual que la inmensa mayoría de los españoles confinado más de dos semanas en su casa. Miguel Casaus envía un mensaje de ánimo a todas las familias, explica la manera en que se ha organizado Aspanoa para poder seguir atendiéndolas y valora cómo puede afectar esta crisis a las entidades sociales.

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El presidente de Aspanoa, Miguel Casaus, en una foto de archivo. Foto: Tino Gil


¿Qué está suponiendo para Aspanoa estas semanas de confinamiento?

Lo primero de todo, quiero dar un mensaje de ánimo a todas las familias afectadas. Las medidas para combatir el coronavirus nos han obligado a tener que suspender las atenciones presenciales de nuestros profesionales y voluntarios en el Hospital Infantil, además de cerrar nuestras sedes en Zaragoza y en Almudévar. No poder ayudar in situ a las familias nos está doliendo a todos muchísimo, porque si ya de normal necesitan un gran apoyo, en esta situación es más necesario todavía. Aun así, estamos haciendo todo lo humanamente posible para seguir ayudándolas. Nuestros profesionales están trabajando desde sus casas, hablando con las familias por e-mail, teléfono e incluso por videoconferencia, algo que están agradeciendo muchísimo. Nos estamos dejando la piel más que nunca.


¿Se ha detectado algún caso de coronavirus entre profesionales y voluntarios de Aspanoa?

No. Pero ya el día antes de que se decretara el estado de alarma, decidimos cerrar nuestras sedes por responsabilidad social y para proteger al máximo a nuestros niños y familias. Los pacientes con cáncer también son un colectivo de riesgo. Tengamos en cuenta que son personas que están inmunodeprimidas por los tratamientos que están recibiendo, de manera que sus defensas para combatir una posible infección por coronavirus están menos fuertes que las de una persona sana. Por eso, por precaución, y siguiendo las indicaciones que nos dio el Hospital, procedimos a cerrar también las salas de juego de Oncopediatría. Quiero asimismo mandar un mensaje de ánimo y agradecimiento especial a todos los profesionales de la Unidad. Están haciendo un esfuerzo extra para que todas las familias ingresadas estén aisladas.


La solidaridad de la sociedad, quedándose en casa, está siendo ejemplar.

Nosotros estamos acostumbrados a ver lo mejor de la sociedad, que es generosa, comprometida y responsable. No nos ha sorprendido esta magnífica respuesta, pero hay que ponerla más en valor que nunca. Quedarse en casa, aunque en ocasiones pueda resultar frustrante, es una cuestión de solidaridad. No es solo por nuestra propia salud, que también, sino sobre todo para evitar contagiar a colectivos de riesgo como las personas mayores o los propios pacientes oncológicos.


Aspanoa ha tenido que posponer su tradicional Exposición y venta de arte contemporáneo, que se iba a inaugurar el 2 de abril.

Esta crisis nos va a afectar a todos, incluyendo a las entidades sociales. No nos olvidemos de que, como consecuencia del estado de alarma, no se puede organizar ninguna actividad solidaria. Esto está suponiendo una pérdida de ingresos importante para financiar nuestra labor social. Está por ver cuánto va a durar esta situación y qué impacto económico tendrá sobre el conjunto de la sociedad. Aunque ahora estemos todos centrados en esta crisis sanitaria, que lógicamente es la prioridad, me gustaría recordar algo obvio: este virus pasará antes o después, pero el cáncer por desgracia continuará.


¿En qué medida puede afectar esta crisis a la actividad futura de la Asociación?

Quiero que las familias estén tranquilas. Aspanoa tiene cierto músculo gracias a sus socios y, a medio plazo, la prestación de servicio está garantizada. No obstante, los padres afectados necesitamos estar más unidos que nunca para mitigar el posible impacto económico y social. El objetivo inmediato es evitar que esta situación nos obligue a tener que posponer la realización de nuevos proyectos muy importantes para nuestros niños y familias. Ahora mismo no existe tal riesgo, pero hay que apretar los dientes. Necesitamos más que nunca la ayuda de toda la sociedad y, en especial, de nuestros socios, familias, voluntarios y colaboradores. A todos ellos les envío ánimos para afrontar estos días tan duros que nos quedan por delante.