Daniel Rubio -o simplemente Dani para los amigos- tiene 21 años, es estudiante del último curso de Fisioterapia y lleva casi cuatro años siendo voluntario de Aspanoa. Ha pasado por distintas áreas. Dice que en todas ha aprendido y disfrutado. Pero donde mejor se lo ha pasado es siendo monitor de campamentos. Ahora comienza un nuevo reto: ser uno de los coordinadores del Grupo de Jóvenes, formado por adolescentes afectados.
Cuatro años en Aspanoa dan para mucho, ¿no?
Sí. Primero estuve en el grupo de talleres y, como era verano, me dieron también la opción de ir al aula hospitalaria. Luego empecé a ir por las tardes a Oncopediatría a jugar con los chicos y, por último, me saqué el título de monitor y ya desde entonces he estado en los campamentos. El haber pasado por todas estas etapas ha sido muy importante. Cuando entras por primera vez, es esencial ir conociendo poco a poco cómo funciona la Asociación. Así también descubres lo que más quieres hacer y dónde puedes ser más útil. A veces te sorprende.
Estar 15 días con un grupo de casi 50 críos debe ser divertidísimo.
La verdad es que el ritmo es duro. Hasta que no estás allí no te lo imaginas. No sé muy bien de dónde sacamos las fuerzas, si de los propios chicos o del gran ambiente de trabajo que hay con el resto de compañeros. La verdad es que acabas con ganas de echar una siesta larga (se ríe), pero muy contento.
También será muy bonito ver crecer a los chicos.
La verdad es que sí… Te encuentras de repente en los campamentos con chicos con los que estuviste hace cinco meses en el Hospital y te llevas una alegría enorme.